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quarta-feira, 9 de março de 2011

Manoel Philomeno de Miranda La Obsesion

  1. Vamos a buscar informaciones en algunas de las diversas obras del autor espiritual con el objetivo de comprender el pensamiento registrado por él sobre el tema de la obsesión.

Definiciones

“La obsesión es una virosis de muy amplia génesis, muy desconocida entre los estudiosos de la salud física y mental. Sus sutilezas y variedades de manifestación tienen ángulos y complejidades muy difíciles de ser detectadas por los hombres, en vista de la dificultad que tienen de penetrar en las profundidades generadoras del problema.” (Locura y Obsesión Cap. 2) Obsesión – segundo Allan Kardec – es el dominio que algunos Espíritus ejercen sobre ciertas personas. Siempre es practicada por Espíritus inferiores, que buscan dominar. Los buenos Espíritus no se imponen. Aconsejan, combaten la influencia de los malos y, si no los escuchan, se retiran. (...) La obsesión, bajo cualquier modalidad que se presente, es una enfermedad de largo curso, exigien-do terapia especializada de segura aplicación y de resultados que no se hacen sentir rápidamente. (Entretelones de la Obsesión Cap. Examinando la Obsesión)

Al inicio de la obra En las Fronteras de la Locura (EFL)1 encontramos un análisis de las ob-sesiones basado en el Cap. 23 de El Libro de los Médiums que recomendamos su lectura a los inte-resados. Ese texto aclara sobre la obsesión simple, la fascinación y la subyugación. Resumidamente podemos comprender que todos, encarnados y desencarnados, vivimos en un constante proceso de intercambio, consciente o inconsciente, siendo que las ideas y sugerencias per-turbadoras son aceptadas y asimiladas por falta de vigilancia o desequilibrios en el campo del sen-timiento, del pensamiento y del comportamiento. “Asaltada por vibraciones negativas, la mente ociosa o indisciplinada, viciada o rebelde, registra la interferencia y al no ajustarse a un programa educativo de la voluntad, recibe el impulso de la idea, permitiéndose aceptar la sugestión, que al-berga y se fortalece en forma acomodaticia de los complejos y traumas de los comportamientos pe-simistas o exaltados que son peculiares a cada uno.” (EFL p. 14) De acuerdo con la afinidad y la sintonía se establece el intercambio mental entre obsesor y obseso, desbordando los problemas acumulados en el inconsciente, conforme las experiencias de etapas pasadas. “Como efecto natural, surgen los síndromes de la inquietud: la desconfianza, el estado de in-seguridad personal, las enfermedades de poca importancia, los fracasos que se suman a las angus-tias, dando paso así a la incertidumbre y a la más amplia perturbación interna.” (EFL p. 16) “Una vez se establece la comunicación, el proceso continúa fijando y ajustando las clavijas del canal obsesivo con el aparato receptor, que a partir de ahí comparte sus ideas con las ideas que le son insufladas.” (EFL p. 17) Con el tiempo, el obseso pierde la noción del ridículo, pasa a reflejar el comportamiento y hábitos del obsesor, se aleja de aquellos que le podrían auxiliar en el proceso que es conocido como fascinación. “En el panel de las obsesiones, a medida que se agrava el cuadro de la interferencia, la volun-tad de la víctima va perdiendo el control de comando personal, en razón directa en que el invasor asume el gobierno.” (EFL p. 18) Una vez cedido el control al obsesor, está instalado el proceso de subyugación de difícil erradicación.

1 Editorial Edil 1991

Proceso

“... El perseguidor desencarnado, reencontrando a aquel que lo hizo infeliz, se aproxima, por la ley de afinidad-débito-crédito, emitiendo las ondas de sentimiento rencoroso, alcanza y sincroni-za con las matrices morales del endeudado, como verdaderos enchufes que se le fijan (...), pasando el perseguido a experimentar el pensamiento invasor, que lentamente le aliena, por desequilibrar las sinapsis neuronales, el sistema nervioso central y algunas glándulas de secreción endocrina... Con el tiempo, lo que tan sólo una influencia perniciosa, desequilibra la armonía de las comunicaciones mentales, transformándose en la conocida locura...” (Tormentos de la Obsesión Cap. Las Obsesio-nes Sutiles e Insidiosas)

Causas

“Las causas de la obsesión varían, de acuerdo con el carácter del Espíritu. Es, algunas veces, una venganza que se toma de un individuo de quien guarda quejas del tiempo de otra existencia. Muchas veces, también, no hay deseo de hacer mal: el Espíritu, como sufre, quiere hacer que otros sufran; encuentra una especie de placer en atormentar, en provocar vergüenza...” (Entretelones de la Obsesión Cap. Examinando la Obsesión)

“La obsesión (...) solamente ocurre en razón del comportamiento irregular de quien se desvía del derrotero de hacer el bien, creando animosidades y generando réplicas. (...) La conexión sola-mente se dará por identidad de sintonía, por propensión a la afinidad en que se manifiestan. Por ese motivo, la obsesión siempre resulta de las defecciones morales del Espíritu con relación a su próji-mo, y de ese, infeliz y desencaminado, que no se permite disculpar y dar nuevas oportunidades a quien le haya perjudicado.” (Tormentos de la Obsesión Cap. La Amarga Experiencia de Leoncio)

“... Solamente suceden las obsesiones porque existen deudores. Todo obsesor, por más insen-sible y cruel que sea, es sólo un enfermo que se vio traicionado y no ha sabido o querido superar la situación de dolor a la que fue arrojado. Mientras no luzca el perdón de la antigua víctima y la trans-formación moral del infractor, la problemática aflictiva continúa, cambiando sólo de forma o de ac-titud de quien persigue y de quien es perseguido.” (EFL Cap. 14, p. 96)
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